miércoles, 18 de noviembre de 2009

La memoria

Llegando al centro de Rosario, en Córdoba y Moreno, una esquina muy pintoresca, frente a la Facultad de Derecho y la Plaza San Martín, funciona el bar Rock & Feller's. Es un edificio antiguo, con aires de mansión y un patio grande al aire libre que da a la calle, donde los fines de semana se llena de gente.
Pero ese lugar tiene otra historia: durante los años de la dictadura militar (1976-1983) funcionó en ese edificio el Comando del II Cuerpo del Ejército, como centro de detención desde donde partían las órdenes para el secuestro de los "subversivos enemigos de la patria".
Desde hace tiempo, muchas organizaciones de derechos humanos han presionado para que la concesión al bar sea retirada o en su defecto, no renovada, sin demasiado éxito, ya que hasta el momento, el bar continúa funcionando.
La municipalidad ha sostenido una posición ambigua, apoyando las demandas de los grupos de derechos humanos y la propuesta de trasladar allí el Museo de la Memoria que funciona ahora en la Estación Rosario Norte (Callao y Av. del Valle), pero otorgando sucesivas prórrogas a los actuales propietarios.
Algunos clientes rabiosos, revindican un preocupante discurso de extrema derecha, pretendiendo minimizar, olvidar o incluso justificar las acciones que tuvieron lugar en ese sitio.
Aparentemente para fin de año, la franquicia dejaría el edificio para dar paso al traslado del Museo de la Memoria.


"Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia,
la memoria despierta para herir,
a los pueblos dormidos que no la dejan vivir,
libre como el viento"

León Gieco

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Los proverbios del paisano


"Cuando Dios hizo al hombre, lo envolvió en papel crèpe y a eso lo llamó piel, ahora... para quién era el regalo?"

"Dime con quién andas y te diré quién eres, caga en este plato y te diré que comes"

"Hoy no se fía, mañana no se zarpe"

"Somos todos hijos de Dios, hermanos de Jesús y testaferros de Judas"

"El que se quema con leche, puede decirse que es bastante pelotudo"

"Que culpa tiene el chancho de vivir en el chiquero?"

"Lo bueno de la cerveza es que nos hace decir la verdad, lo malo es que es muy rica!"

"Dale un centímetro a un japonés y tendrás un ikebana, dale un centímetro a un chino y tendrás un minimarket, dale un centímetro a un argentino y no podrás sentarte en meses"

"Abre las puertas de la percepción y te desvalijarán los sentidos"

jueves, 5 de noviembre de 2009

Una navidad diferente

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El veinticuatro a eso de las siete y diez de la mañana, Pappo Noel se levantó se su catre, y no sin esfuerzo, logró sacar su pesado cuerpo de ese aposento. Todavía en calzones, se desplazó hacia la cocina para poner la pava a calentar, mientras iba al baño. No le gustaba perder tiempo, menos en el día más importante del año para él. Para llegar a tiempo tenía que estar saliendo temprano después de comer, tipo tres, tres y media a lo sumo. Tenía aún todo un día por delante. Poco le importó que algunas hadas le reprocharan sus ronquidos o lo criticaran por lo raído de sus calzoncillos que dejaban ver bastante más de lo permitido sus pálidas nalgas. Se dirigió al baño, donde luego de recortar prolijamente su barba, se dedicó a retocarse las canas. Muchos creen que es natural, pero en realidad conserva aún algunos vellos oscuros que debe teñirse para no romper con la tradición. Es que así se lo exige el protocolo. Muchos no lo saben, pero Papá Noel no fue siempre el mismo. El actual asumió el cargo hace 20 años y carga con 61. El nombre se mantiene en estricto secreto, pero se sabe que es sueco, de sagitario y que antes de ser elegido como Noel, trabajaba en una concesionaria de Volvo en Göteborg.
Hace ya un tiempo que arrastraba algunos problemas de salud, y un plantel de médicos profesionales le habría recomendado mudarse a climas más benignos. Así fue que dejó Rovaniemi, su casa oficial en el polo norte, para mudarse a La Cumbrecita en pleno corazón de las sierras cordobesas. Aparentemente el aire de las sierras lo ha rejuvenecido, se siente más vital y con nuevos bríos, por el testimonio que podemos recabar de algunos duendes. Estos suelen vender peperina y dulces artesanales de cayote a los turistas que pasan por allí, que los confunden a menudo con niños disfrazados con el típico atuendo centroeuropeo de la zona. Aparentemente fue justamente eso lo que sedujo a Pappo Noel, la arquitectura y la gente del lugar, con fuertes reminiscencias germanas, que recreaban un microclima sino ideal, al menos bastante familiar, “para que no se sintiera tan lejos de casa”, según cuentan los duendes.
Había elegido esa zona de las sierras porque sabía de rumores sobre ciertos ex–jerarcas nazis que aún seguían escondidos allí y pensó que sería un buen lugar para esconderse el también, aunque su ideología se aproximaba más a una especie de anarco-sindicalismo contradictoriamente cristiano (el rojo de su traje no era casualidad). Sin embargo, el panorama actual dista mucho de aquel de la pos-guerra, y hoy en día cualquier empleado de la DGI con un mínimo de conocimientos informáticos puede localizar terrenos ubicados en cualquier punto del país, con la ayuda un simple pero efectivo programa de rastreo satelital que ha devenido en el terror de los desarmaderos ilegales y oscuros adjudicatarios de tierras fiscales: el afamado “Cuco’s Earth”. Parece ser que el año pasado, los inefables sabuesos aparecieron por la finca de Noel (dicho sea de paso estaba catalogada como “estancia”) y este se vio en problemas cuando tuvo que reconocer que no había renovado la visa y que un par de duendes laburaban en negro. Teniendo en cuenta que se trataba del popular ídolo de los niños, los burócratas tuvieron algo de compasión y se la dejaron barata, como quién dice, a cambio de sendos cuatriciclos para sus hijos. Parece ser que los popes de la dirección fiscal tuvieron en cuenta la innegable contribución del barbado amigo a la economía regional: las librerías de la zona no dan abasto con los pedidos por papel de regalo, cintas para moños y cinta scotch y muchas compañías del rubro están pensando en mudarse allá.
Pero volvamos a la rutina del “gordo” Noel como lo conocen los lugareños: a la mañana temprano es ya clásico su desayuno con mate cocido con leche y chocolate, una muestra del “choque de culturas” al que parece adaptarse con entusiasmo, pero que a menudo le juega una mala pasada intestinal. Después, por las mañanas, le gusta caminar por las sierras con la ayuda de un largo bastón que le sirve de apoyo cuando el terreno serrano se pone difícil. Eso le ayuda a bajar de peso, pero también le abre el apetito de cara al mediodía, donde por lo general le espera un chivito de su propio corral que le cocina uno de sus elfos, Adelmindo, que parece haberse curtido en el arte del asado a las brasas. Según palabras del propio Adelmindo, no puede faltar el chimichurri en el plato de Noel. Se pone muy fastidioso cuando el elíxir criollo se ausenta de la mesa, más cuando se trata de carnes asadas, aunque confiesa que también lo ha visto usándolo en las pastas.
No puede negarse que se trata de cambios drásticos. Sin embargo, este mundo cada vez más globalizado, internetizado, alienado y yoghurtmaníaco que genera tanto rechazo entre algunos de nosotros, tal vez también ofrezca una posibilidad para la utopía. Si, aunque suene paradójico, tal vez tenga un lugar guardado para mantener vivas las fantasías, tal vez… Ojalá así sea. Amén.